*En ello trabajan maestros investigadores de la UTTT.

Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA

Catedráticos de la Universidad Tecnológica Tula-Tepeji (UTTT) estudian algunos usos del heno motita y empezaron con un proyecto para elaborar composta con esa planta. Esto luego de las investigaciones que realizaron, mediante los cuales determinaron que atrapan contaminantes, entre ellos metales pesados, y que este medio de comunicación dio a conocer en una primera entrevista realizada a la química Marisol Reséndiz Vega.

En esta segunda oportunidad, la académica recordó que ya habían identificado que atrapa contaminantes de la atmósfera, por lo que el heno convertido en composta pueden dirigirla al uso del cultivo de plantas de ornato o de árboles, pero no así a la agricultura, aclaró. Al regresar a la presencialidad en la Universidad Tecnológica de Tula-Tepeji, a la cual pertenece como profesora de tiempo completo, pudieron realizar el análisis.

Marisol Reséndiz reconoció que la pandemia frenó el ritmo que llevaban con las investigaciones del heno motita, pero ya retomaron el proyecto por el que escribió ya un artículo denominado “Función ambiental y control de heno motita (Tillandsia recurvata) en la cuenca atmosférica de Tula de Allende Hidalgo”.

Explicó que para realizar la composta mezcló el heno motita con un poco de tierra, hojas secas de jardín, colocó todo en bolsas negras para absorber el calor del ambiente y el heno comenzó a biodegradarse por la acción de hongos, actinomicetos y bacterias y al final resultó una composta fina. A esa composta se le hará el análisis para ver el contenido de fósforo, nitrógeno, relación C/N y ver si tiene el valor para poder utilizarlo como un sustrato para plantas de ornato o árboles en algún vivero.

¿De qué tamaño son las partículas que atrapa?

Otra parte del proyecto consiste en verificar el tamaño de las partículas que atrapa el heno motita, por su estructura, en la atmósfera. “Las partículas que más nos preocupan porque llegan hasta los pulmones son las PM5 y las PM10 y ahora estamos hablando de las PM 2.5 porque con el aumento de la tecnología ahora es posible medir este tamaño”.

Y agregó que, en la Ciudad de México, por ejemplo, constituyen el motivo de una gran preocupación las PM2.5, por ello tomaron una muestra e hicieron una medición de las partículas que quedan atrapadas en las estructuras de las que ya nos había hablado en la investigación anterior. Se trata de la estructura que tiene el heno: tricomas que son como si fueran telitas o telarañas, en donde el heno atrapa partículas y micro gotitas de agua para disolverlas. Después lo que hace, una vez disueltos, los absorbe y lo que se descubrió es que el heno está atrapando partículas de hasta 2.5 micras.

Esto demuestra que el heno motita puede ser utilizado para fabricar biofiltros e incluso como investigadores proponen que se utilice la planta como un filtro o sea como un sustrato para fabricar biofiltros. Porque se puede empaquetar el heno y hacerlo pasar a través del aire contaminado y dentro de sus tricomas van a quedar atrapadas las partículas.

Proyecto en camino

Este proyecto está en camino, ya se hizo el diseño de un prototipo del biofiltro. Lo que se busca es utilizar la ventaja de la estructura que tiene la planta para atrapar su alimentación; su uso sería para descontaminar alguna atmósfera contaminada y sobre todo porque en nuestro ambiente no existe un programa para darle mantenimiento o saneamiento a los árboles en general, por ejemplo, de los que se encuentran en los cerros.

“A nuestros árboles los tenemos abandonados, entonces el heno, con todas las ventajas biológicas que tiene, llega al árbol, un árbol deteriorado, enfermo y le gana, prolifera más y con una atmósfera contaminada como la que tenemos, entonces la planta está encontrando todos los nutrientes en la atmósfera y sigue avanzando. Se trata de una planta que ha venido evolucionando precisamente para lograr su sobrevivencia y ha desarrollado ventajas con respecto a las otras plantas”, explicó.

Reséndiz Vega reconoció que seguirá proliferando, porque lo que se necesita es un programa para el saneamiento de los árboles. Por ejemplo, dijo, se ha perdido el valor social del mezquite, uno de los árboles que junto al huizache es de los preferidos del heno motita. Sólo se utiliza el mezquite como leña y no ven la necesidad de conservar los árboles por sus funciones ambientales.

La importancia de los árboles

La entrevistada también habló de otro motivo para preocuparnos por los árboles. Las poblaciones de los zagüis han disminuido porque proliferaban en los mezquites, precisamente se alimentaban de los retoños, pero ahora con la invasión del heno en esta época hubo menos insectos que forman parte de la cultura gastronómica de Hidalgo.  “Ha impactado a esta especie y debemos recuperar el valor social que le dan las personas al mezquite; por qué no comer las vainas y aprovechar los frutos del mezquite. Dicen que tiene poquita pulpa y por ello no es un fruto muy valorado; lo que estamos haciendo nosotros es a partir de las vainas del mezquite hacer harinas que ya analizamos y tiene alto valor nutritivo”.

La maestra agregó que la harina de mezquite tiene alto contenido de proteína. El proceso incluye la vaina completa con las semillas, porque estas contienen aceites esenciales que aportan mayor valor nutritivo. Explicó que secan primero el mezquite, lo muelen completo, obtienen una harina de alto valor nutritivo y están haciendo pruebas para obtener tortillas fortificadas con harina de mezquite, las cuales tendrán un mayor porcentaje de proteínas y fibra que la tortilla tradicional.

El propósito de este proyecto es recuperar el valor del mezquite y a su vez lograr que las personas se interesen en su saneamiento. “Esto no es nuevo, antes nuestros ancestros hacían y consumían harina de mezquite y preparaban atoles e incluso pan; hacían diferentes productos”, comentó.

Se puede impactar en la alimentación y que sea mejorada. Con los años la alimentación tradicional y natural se ha venido transformando, porque se consumen alimentos menos nutritivos, a pesar de que nuestros ancestros nos heredaron conocimientos para aprovechar los recursos que tenemos y obtener alimentos orgánicos, explicó.

Marisol Reséndiz comentó que hay nuevos mercados de personas que buscan alimentos de origen natural, sin gluten y con alto valor en proteínas. En este sentido se puede crear una propuesta de negocio que atienda estas necesidades que se han creado y ofrecer una harina de mezquite de alto valor nutritivo. En esta parte del trabajo de investigación colaboran el cuerpo académico de Polos de Desarrollo y Macofi (Modelos administrativos, Contables y Fiscales).

“Tal vez si aumenta el valor social del mezquite las personas empiecen a cuidar a los árboles y a sanearlos, a podarlos, a controlar la población del heno motita. Cada una de las especies que están en el planeta tiene funciones ambientales importantes y el heno motita es una especie con la función de atrapar los contaminantes del ambiente; los usa como nutrientes, pero sí tenemos que controlar sus poblaciones”, expresó.

En su caso, dijo, todavía no publica estos estudios sobre el mezquite. Sin embargo, tienen alumnos en la UTTT que han hecho sus trabajos de estadía, como proyecto de investigación, y que en sus reportes ya estaría plasmado, pero, así como una publicación en una revista científica, apenas está por sacar la publicación “Valor nutritivo del fruto de prosopis laevigata y su importancia dentro del objetivo 2 del desarrollo sostenible”.

Los daños al árbol

Son varios los efectos del heno en el árbol. Le hace sombra y no le permite que le entren los rayos del sol. Disminuye la captación de energía solar y por lo tanto la eficiencia para realizar la fotosíntesis. Otro se refiere al efecto mecánico porque sobrecarga peso. La planta segrega una sustancia química que le facilita insertarse en el árbol. Además, genera un efecto alelopático que lo hace deteriorarse más rápidamente.

De acuerdo con información de la química, el heno para poder fijarse al árbol tiene algo parecido a raíces, pero no lo son, y aprovecha cuando se reblandecen las ramas para salir un nuevo tejido, es decir una nueva hojita o ramita, para meter algo así como su raíz; pero solamente es para soportarse mejor y no para absorber algún nutriente.

Los huizaches y los mezquites son los más dañados por el heno motita, por sus troncos y brazos rugosos. La planta lo que busca es un soporte arriba, para alcanzar sus nutrientes, detalló la profesora investigadora de la máxima casa de estudios de Tula. 

Un capítulo de un libro sobre el tema

Marisol Reséndiz habló de la realización de un libro titulado “Tópicos multidisciplinarios de investigación 2022”, donde se habla por ejemplo de la elaboración de alimento para los animales, utilizando precisamente el heno motita; además de la composta, pero están también en la parte de las pruebas, en su búsqueda para poder alimentar al ganado en época de estiaje. Lo que se hizo es adicionar heno motita al alimento, al igual que harina de mezquite, y dar el seguimiento del peso de los animales.

Los resultados arrojaron que los animales que comieron harina de mezquite con heno motita aumentaron más de peso, en comparación a los que consumieron alimentos sin adicionar. Sin embargo, falta analizar el efecto toxicológico de los animales, si hay o no un efecto tóxico. “Esa parte es la que sigue, así cada que hacemos un proyecto en el camino vamos identificando otras áreas por donde seguir analizando e investigando”.

Hace un par de semanas firmó los trámites de derechos de autor del citado libro. Van en el proceso de determinar si la composta es de calidad y si se puede utilizar para quienes se dedican a las plantas de ornato; y pudiera ahí salir un producto para comercializar al igual que el alimento para los animales. Ha platicado con agricultores y sí tienen la necesidad de buscar opciones de alimentación para el ganado en tiempo de estiaje.

Marisol Reséndiz mencionó al también doctor Eduardo Hernández Sánchez del cuerpo académico de Ingeniería y Sistemas Ambientales, quien a la par se ha dedicado también al estudio del heno motita, con otras variantes, para juntos avanzar. Por su parte, el doctor José Alberto García Melo hizo la medición de las partículas que atrapa el heno motita y forma parte del cuerpo académico de Ingeniería y Nanotecnología Ambiental. Mientras que la química Reséndiz Vega integra el cuerpo académico de Modelos Académicos, Fiscales y Contables (MACOFI), que abarca el desarrollo sostenible. 

Actualmente en la UTTT, la investigación se realiza en colaboración entre cuerpos académicos.

Que se apoye a la investigación

La entrevistada dijo que es importante apoyar a la investigación. Recientemente en unos foros sobre la nueva ley de ciencia y tecnología, comentaron que es necesario invertirle a la investigación. Con la pandemia se hizo evidente la necesidad de investigar. Agregó que en nuestro país sucede todo lo contrario en estos tiempos, cuando sí es importante generar por ejemplo información de cada una de las localidades de los municipios porque tienen sus propias características y necesidades.

Y en esos mismos foros le han preguntado que cómo pueden los habitantes de Tula seguir sobreviviendo. Reconoció que no sabemos realmente cómo estamos porque no se hace un diagnóstico de la calidad del aire que respiramos. “Hace falta un diagnóstico serio sobre la calidad de la atmósfera, el suelo y el agua”, expresó. Ella hace su lucha desde su trinchera, pero sí es necesario investigar más para ver la situación en la que nos encontramos en esta zona, añadió. *NI*

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