*AQUÍ EN LA UAM TODOS SOMOS CARNALES.
Por José Antonio Trejo Rodríguez.
“No podía dormir, estaba muy emocionada de venir a la universidad y saludarles, después de tantos años”, dijo la prestigiada analista de reconocida institución bancaria y egresada de la Licenciatura en Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, en el marco del desayuno de egresados convocado por las autoridades universitarias.
Su emoción era compartida por las y los egresados congregados la mañana del pasado sábado en el patio del edificio “F” de la UAMI. Con la presencia del Rector General José Antonio de los Reyes Heredia, la secretaria general Norma Rondero, la Rectora de la unidad Iztapalapa Verónica Medina, la directora de la División de Ciencias Sociales y Humanidades (CSH) Sonia Pérez, la secretaria de CSH Claudia González, la jefa del Departamento de Economía Rosalinda Arriaga, así como los jefes y coordinadores de Sociología, convocados a la convivencia que, desde el pasado año organiza la UAM con sus egresados, celebrando el medio siglo de su creación.
Mesas de atención concentraban a las y los exalumnos: inscripción al padrón de exalumnos, venta de memorabilia, servicios de la Fundación UAM. Abrazos y saludos afectuosos se reproducían por doquier, todo mundo quería ponerse al día de la vida y andanzas de sus colegas y de sus profesores, algunos ya no presentes en el plano terrenal, pero trascendiendo a través de sus enseñanzas y el conocimiento que sus alumnos atesoran. Los que no pudieron acudir se comunicaban por redes sociales y exigían estar al tanto de lo que ocurría.
Los cambios físicos en la unidad son evidentes: la extensión del inmueble es notable, así como la construcción de nuevos edificios, el arreglo y la ampliación de otros como la cafetería que ya es de dos plantas, el aroma a café, a huevos revueltos, jugo recién exprimido nos hace volver en el tiempo y añorar los años 80, cuando éramos alumnos y en ocasiones degustamos el desayuno que allí se servía y se complementaba con un tazón de frijoles de la olla, un bolillo, un vaso de leche Alpura helada o un triángulo de Boing.
“El menú es prácticamente el mismo” dice uno de los cocineros que despacha el tibio almuerzo, “Aunque ya no ofrecemos esos vasos de leche helada” agrega sonriente. “Ya no se pierdan de nosotros” dice con gentileza Claudia González y Sonia Pérez agrega que invita a sus exalumnos a realizar colaboraciones conjuntas; Rosalinda Arriaga ya había puesto manos a la obra y logrado el compromiso de brillantes exalumnos para acudir a brindar charlas a sus estudiantes, además de formar su base de datos de exalumnos para continuar con dichas pláticas. Comunicándonos telefónicamente con el doctor Raúl Molina, nuestro profesor y primer jefe en el plano laboral, muy emocionado al escucharnos, al igual que nosotros, dice que nos veremos pronto para saludarnos.
“Vamos a dar una vuelta a la explanada y a los edificios” sugirió mi colega y gran amigo Rogelio Romero, recordando su paso por el teatro del Fuego Nuevo para admirar a Amparito Ochoa, así como atestiguar el trabajo que Arnold Belkin plasmaba en las paredes del teatro y de la biblioteca. Llegaron las panteras, era el momento de la foto oficial con las mascotas universitarias, el sonido ambiental reproducía con mucho sabor “La cumbia de la UAM”. Todos posamos con las autoridades universitarias, antes de emprender el regreso a nuestros lugares de origen, la emoción se reflejó en nuestros rostros, no era para menos, estábamos en nuestra casa y con los nuestros; porque aquí en la UAM todos somos carnales. *NI*