*El delegado y los comités del campo deportivo y nuevo panteón decidieron iniciar un juicio ante la falta de acuerdo en las negociaciones.
*El ejido quería lotificar el terreno para uso habitacional, a pesar de que en asamblea de ejidatarios en 1995 se ratificaron los destinos específicos del terreno.
Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA
Un conflicto entre el ejido y la comunidad de San Miguel Vindhó, en el municipio de Tula, se libra ya en los tribunales. Esto después de que pasaron meses de negociación donde el primero pide una prestación económica muy alta para que el segundo siga disponiendo del predio donde se ubican campos deportivos y un nuevo panteón de la comunidad, y por ello no hay un acercamiento, es decir, no hay condiciones como para negociar.
La delegación municipal y sus comités decidieron iniciar un juicio el año pasado; está radicado en el Tribunal Agrario. Se llevaron algunos diferimientos lógicos por cuestiones legales y la audiencia se fijó para este martes 7 de noviembre. Fueron llamados a comparecer la representación de la presidencia municipal y de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Tula (CAPyAT).
El organismo operador del agua potable fue llamado a comparecer debido a que dentro del predio en disputa hay un tanque de agua que está en función y distribución. Lo que la comunidad quiere es seguir disponiendo del terreno como panteón y campos deportivos. Se trata de un área que en 1986 se le asignó a la comunidad a través de un comité deportivo para que fuera construida una unidad deportiva o un área con campos.
Desde 1986 y en base al contenido del acta del ejido, la cual se exhibió en el juicio, se menciona que por uno de sus lados colinda con el proyecto del terreno para el nuevo panteón. “Entonces, también ya estaba proyectado el nuevo panteón”, dijo el abogado de la delegación municipal, Juan Rodríguez Juárez.
Que los espacios se sigan ocupando como tal
Las áreas nunca se han distraído de su destino; es decir, se siguen utilizando como tal. “Los campos están empastados y se ubican en un punto alto, en un área árida, seca, o sea, no hay agua rodada. El mantener un campo deportivo, un campo de fútbol en las dimensiones correctas, con áreas verdes y todo el año, es muy costo”. Pero dan servicio a la comunidad, y a las instituciones educativas.
Lo único que pide el delegado municipal Juan Octavio Chávez Espinosa, junto con su equipo de los comités del campo deportivo y del nuevo panteón, es que los espacios se sigan ocupando para lo que es. Aunque no se tiene evidencias documentales, saben que el ejido sumó la superficie del campo de aproximadamente dos hectáreas y tres del terreno destinado para el nuevo panteón, e hicieron un proyecto de escritorio en donde lotifican; le toca a cada ejidatario un lote de una buena superficie.
La finalidad de ellos es recoger los terrenos para hacer un asentamiento humano, explicó el abogado, pese a que la comunidad tiene en uso los terrenos desde 1986 cuando el 11 de julio durante la asamblea se destinaron para beneficio de la comunidad. Además, en 1995, en asamblea de Procede, el ejido llevó a cabo su asamblea y se ratificó que el lote uno va a ser panteón y el lote dos, campo deportivo.
El abogado explicó que en el 2018 se dio la “ocurrencia” del cambio de destino y así lo califica primero porque son lotes que tienen un destino. Entre ambos, el panteón y el campo son cinco hectáreas. El abogado dijo confiar en que el tribunal va a ratificar que la figura de reasignación no existe en la ley agraria. Actualmente Juan García Bravo es el comisariado ejidal de San Miguel Vindhó. *NI*