*El Colectivo de Custodios de la Comunidad Indígena de Tezontepec (CCCIT) con apoyo de artistas visuales independientes.

Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA

En el municipio de Tezontepec de Aldama, Hidalgo, se desarrolla un proyecto de conservación de razas de maíces nativos que, además de rescatar la semilla, busca dejar un testimonio gráfico de la vida comunitaria en torno al maíz.

El Colectivo de Custodios de la Comunidad Indígena de Tezontepec (CCCIT) encabeza la iniciativa, acompañado por los artistas visuales independientes Argelia Leodegario Cayetano y Marco Antonio Rodríguez Gutiérrez, quienes se han encargado de registrar fotográficamente no solo las variedades de maíz, sino también los procesos de trabajo y las dinámicas sociales que giran en torno a este cultivo.

En entrevista, Rodríguez explicó que el proyecto comenzó con el registro visual de las mazorcas y sus diferentes variedades en la región, pero pronto evolucionó hacia un acompañamiento más profundo, documentando la recolección, las fiestas comunitarias y la forma en que el maíz está presente en la vida diaria. “No solo es la memoria de la milpa, sino también la memoria comunitaria que surge a partir del maíz”, señaló.

Por su parte, Argelia Lodegario destacó que el trabajo no se mide en números de fotografías o registros, sino en la creación de redes con las familias de la comunidad. “Nos integramos con ellos, compartimos sus espacios y su cultura, y de ahí surgen las imágenes que después entran en un proceso de curaduría”, comentó.

Este registro forma parte de la exposición Adaptación y adopción fitoidentitaria de razas de maíces nativos en el municipio de Tezontepec de Aldama, Hidalgo, México, que ya tuvo una primera presentación virtual durante la pandemia y que ahora busca su exhibición física en el recinto legislativo de San Lázaro, entre finales de septiembre y mediados de octubre, explicó el sociólogo Jorge Sánchez Hernández del CCCIT.

El proyecto también incluye los testimonios de productores que han donado semillas nativas para su preservación. Entre ellos destacan Santiago Bautista Hernández, originario de Tezontepec, quien donó maíz rosa conocido como “elotes occidentales”; un productor otomí del Estado de México, que entregó semilla de palomero toluqueño; y otro de Tlaxcala, que donó maíz tunicado.

Durante la entrevista, los artistas visuales expresaron su agradecimiento a las familias que los han recibido en sus hogares y les han permitido documentar sus tradiciones. De manera especial mencionaron a las familias  Ansaldo Escamilla, Escamilla López, Escamilla Oropeza y Escamilla Aguilar, cuyos integrantes compartieron con ellos espacios de convivencia y degustación de platillos elaborados a base de maíz.

Finalmente, el colectivo reiteró que su objetivo no es solo la preservación agrícola, sino también la difusión cultural de un elemento central en la identidad de las comunidades. “Este trabajo busca dejar evidencia de la memoria viva del maíz y de cómo articula la vida comunitaria”, concluyó uno de los entrevistados. *NI*

Por Nueva Imagen de Hidalgo

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