*Gran Asamblea acusa cerrazón del gobierno mexicano.
Por Francisco Villeda
El gobierno federal se ha negado a proporcionar detalles sobre costos, contratos de empresas, plazos y alcances de la obra de ampliación, rectificación y revestimiento del río Tula, argumentando que es información que compromete la seguridad nacional, acusó la presidenta de la “Gran Asamblea de Damnificados Tula”, Berenice Pecina Jiménez.
Expresó que tras dos años de obras por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), todavía no hay un proyecto definido y se desconocen a ciencia cierta los detalles pues constantemente sufre modificaciones, y aunque las organizaciones han intentado acceder a estos datos no lo han logrado por una cerrazón y opacidad del gobierno mexicano.
A través de todas las vías lo han intentado, incluso a través de Transparencia, con una respuesta negativa contundente. “La contestación era que esa era información de seguridad nacional, y que además para este tipo de información tenían que pedirle al área jurídica que atendiera el asunto, y nunca tuvimos respuesta”, dijo.
La dirigente añadió que a las organizaciones ciudadanas ya se les excluye de las reuniones entre autoridades municipales y Conagua, y al reclamar esto a los regidores que sí participan en los encuentros, ellos les indican que son convocados a última hora.
Dijo que la última reunión abierta con las autoridades de Conagua y el municipio la tuvieron hace un año, y a últimas fechas, ya con Mario Guzmán Badillo como alcalde de Tula, no se les ha invitado a participar en los encuentros privados, ni se socializa lo que en esas reuniones se trata, además de que nadie supervisa las obras, ni gobierno estatal.
Promesas sin cumplir
La Conagua y las empresas que trabajan para ella todavía mantienen varios incumplimientos en las obras, entre ellas la reparación de calles que fueron dañadas por el tránsito de maquinaria y unidades de carga que laboran en la zona.
Coladeras, banquetas, guarniciones y calles están destrozadas y sin un compromiso real de reparación, pues Conagua ya dio por terminados los trabajos de rehabilitación, lo que incrementa la incertidumbre.
Pero no sólo eso, pues denunció que los compromisos los están cambiando de manera unilateral, y en este sentido, dijo que por ejemplo con la delegación Hidalgo de Conagua que encabezaba Eleazar Saucedo Rojas, habían acordado que el puente colgante que une a la puerta sur de la Zona Arqueológica de Tula (ZAT) con el Andador Turístico Quetzalcóatl ya no tendría una estructura ligera, sino que sería más sólida.
No obstante, a la llegada del nuevo delegado, José Ángel Félix Sánchez, este acuerdo se echó atrás y se restituyó en las condiciones similares a las que tenía, por lo que en caso de un nuevo desbordamiento esta infraestructura podría destruirse nuevamente.
Sobre las obras, dijo que hay tramos de la obra que todavía están pendientes por resolver, pero no hay certidumbre, como en el caso del subtramo que está después del puente Tres culturas, en donde hay desgajamiento de los bordes del río.
En los trabajos de revestimiento los trabajos fueron “muy apresurados, ya no se veía ni siquiera un emparrillado, sino solo la colocación de concreto, y todavía seguimos viendo mucho sedimento al interior del río”.
Pecina dijo que a dos años la obra sigue sin ser funcional, pues en los últimos días el río ha estado a poco de desbordarse por el incremento registrado a causa de las lluvias en el Valle de México y su zona metropolitana.
Insistió en que es necesario que el próximo gobierno transparente los costos de la obra, para tener los detalles de cómo y en qué se gastaron los recursos de los mexicanos, pues debe existir claridad sobre esta inversión.
Pugnó además porque durante el próximo gobierno la ciudadanía logre conformar una contraloría para supervisar este proyecto y verificar que todo lo que dicen los documentos, se haya construido con las mismas especificaciones. *NI*