*EL DÍA DEL PERRO.
Por José Antonio Trejo Rodríguez.
El pasado lunes 21 de julio se celebró el día mundial del perro, conmemorado desde hace cuatro años, con el objetivo de concientizar la adopción responsable y el trato humanitario para los animales de compañía, incluso con estrictos marcos legales para lograrlo.
La familia Trejo Reyes, compartimos la vida con tres: el sansón; la bambi y la borre. Cada uno de ellos llegó a nuestras vidas de manera diferente. Al sansón, schnauzer del continente americano, lo adoptamos al ver una publicación de nuestras amistades en Facebook que anunciaba que él y sus hermanitos buscaban hogar, hice la cita por teléfono y en la tarde nos apersonamos en su casa materna; estaban metidos en una jaula, aunque de entrada su familia nos advirtió que las hembras no estaban en adopción, solo los machos.
Realmente él fue quien nos eligió, se levantó sobre sus patas traseras y recargó sus manotas negras en la endeble jaula, le tocamos sus deditos y ya estaba en nuestros corazones. Lo metimos en una caja de cartón y se fue a su nueva casa en donde no se cansaba de jugar por todo el patio con una varita, conviviendo con “el oso” el veterano guardián de la casa que sufría de espasmos y por esa razón semanas después se extravió, sin que lo pudiéramos encontrar.
Entonces llegó la borre a hacerle compañía a sansón; necesitada de cambiar de hogar por sus múltiples y seguidos conflictos con una enorme dóberman que, entre juego y juego, mordía y molestaba a la pequeña frenchita. La borre ya traía varios años a cuestas y su diaria convivencia con sansón y el contacto con la naturaleza la rejuveneció, hizo ejercicio, pareció ganarle años a la vida y pasarla feliz lejos del pleito en el que no mantenía ninguna ventaja.
Bambi es hija del güero y de la hiena, fieros canes de una casa vecina y con el gusto de salir a la calle a socializar y de paso buscar alimento. La adoptamos junto a la hiena chica, pero esta no sobrevivió a una fuerte infección, la bambi lo hizo y día tras día mostraba la bravura heredada de sus progenitores y su aguda inteligencia, además de su excelente condición física.
A los tres les gusta salir a ejercitarse con nosotros, aunque con diferentes umbrales de resistencia, materia en la que bambi se lleva las palmas. Los tres protegen la pequeña parvada de aves de corral con la que contamos, aunque hay ocasiones que un ingrato ganso los repele. Si ven que hay pleito entre gallos o gallinas, acuden presurosos y los separan. Si advierten la intrusión de ratones o ardillas, no descansan hasta echarlos o acabarlos.
Como cualquier can que se respete, le huyen al baño y a las tijeras, pero se aguantan si no hay de otra, aunque con cara larga. Les gusta esperar nuestro regreso en la puerta de la casa y hasta parece que adivinan la hora y a veces salen a mi encuentro. No les gusta que otros perros se acerquen a los límites de su casa y le ladran sin cesar: “el jj, el mamut, el hamburguesas, el batman, la hiena y la dover”, son blanco cotidiano de sus ladridos.
He aprendido a lo largo de los años, casi todos de convivencia con perros que, en muchos aspectos son admirables: estoicos, nunca están de mal humor, siempre tienen una caricia, un abrazo, un narizazo, un manazo, un ladrido amistoso para nosotros. Creo que la vida iría mucho mejor si todos aprendiéramos de ellos ¡Feliz día mundial del perro! *NI*
