*Discurso de graduación.
Por Magda Olguín
Para Julieta y mis alumnos de 6C
Esta semana y la que viene son de graduaciones en los diferentes niveles educativos de nuestro país, creo que he perdido la cuenta de a cuántas graduaciones he asistido,pero, sin duda, las de mi hija han sido las más memorables, como aquella de primaria en la que le tocó dar su discurso de graduación a sus compañeritos egresados…. Y es que, ese discurso, el último, tiene que ser emotivo y tocar las fibras más sensibles de los receptores para que se lo lleven en el corazón toda la vida.
Si hoy tuviera que dar esa última disertación sería de la siguiente manera:
Hoy es un día que quedará grabado en la memoria de quienes nos encontramos aquí. Un día que marca el cierre de un capítulo importante, y el inicio de otro que aún está por escribirse. Nos reunimos para celebrar un logro que no es solo académico, sino profundamente humano: haber llegado hasta aquí, haber persistido, haber crecido.
A ustedes, queridas y queridos egresados, les digo: ¡lo lograron! Cada desvelo, cada examen, cada momento en el que pensaron rendirse y no lo hicieron, valió la pena. Hoy, frente a sus familias, amigos y maestros, se paran como símbolo de lo que significa avanzar con valentía.
Pero no llegaron solos.
Detrás de cada uno de ustedes hay historias silenciosas de esfuerzo, amor y sacrificio. Padres y madres que dejaron de comprarse algo para poder pagar una inscripción, que acompañaron tareas, aunque no entendieran del todo, que ofrecieron un abrazo cuando las cosas no salían bien. A ustedes, familias, gracias por ser el motor que empuja aun cuando las fuerzas faltan. Hoy, su orgullo se refleja en cada sonrisa de estos egresados.
Y, por supuesto, nuestros maestros y maestras. Ser docente no es solo enseñar fórmulas, fechas o idiomas. Es también creer en los estudiantes incluso cuando ellos aún no creen en sí mismos. Gracias por cada clase, por cada palabra de aliento, por su paciencia y por su vocación. Ustedes han dejado una huella que va mucho más allá del aula.
Y ahora viene lo más desafiante. Porque la vida, queridos egresados, no siempre es lineal ni predecible. Habrá momentos en los que se cuestionen si están en el camino correcto, situaciones inesperadas que pondrán a prueba su carácter y decisiones difíciles que no siempre tendrán respuestas claras. A veces, el mundo parecerá más complicado de lo que imaginaban en el salón de clases. Pero cada obstáculo será una oportunidad para descubrir su verdadera fuerza. Porque el éxito no es evitar las caídas, sino levantarse con más sabiduría cada vez que algo los haga tropezar. Y ustedes tienen todo lo necesario para seguir adelante.
Este día no es solo una meta alcanzada, sino el comienzo de nuevas posibilidades. La vida no se trata de tenerlo todo claro, sino de atreverse a caminar aún con dudas. Algunos continuarán sus estudios, otros comenzarán una nueva etapa laboral o personal, y todos –sin excepción– enfrentarán retos. Pero hoy saben algo que antes no sabían: sí pueden.
Permítanme recordarles algo importante: el título que hoy reciben no define su valor, pero sí es testigo de su esfuerzo. Lo que hagan con él será lo que verdaderamente marque la diferencia en sus vidas y en la de quienes los rodean.
Lleven con ustedes la gratitud, la humildad y la convicción de que cada paso cuenta. No olviden de dónde vienen, ni a quienes los acompañaron para llegar aquí. Sean generosos, curiosos, valientes. Y sobre todo, nunca dejen de aprender.
Para cerrar, quiero pedirles algo: miren a su alrededor. Vean los rostros de sus padres, madres, abuelos, maestros y amigos. Siéntanlos cerca. Este aplauso que viene ahora no es solo para ustedes, es para todos los que caminaron con ustedes hasta este momento.
Así que, ¡pónganse de pie, sonrían con el corazón y celebren con orgullo este logro!
¡Muchas felicidades, generación valiente! ¡El mundo los espera!
¿Bonito no? ojalá que sus discursos estén plagados de buenas vibras y recuerdos para toda la vida…
Dejar una etapa no siempre es fácil. Se mezclan la nostalgia por lo vivido con la emoción de lo que vendrá. Es mirar atrás y ver todo lo que hemos crecido, pero también mirar hacia adelante con esperanza y algo de incertidumbre. Hoy cierran un ciclo que los formó, que los retó, que los hizo quienes son. Y aunque despedirse duela, es precisamente ese adiós el que abre la puerta a nuevas oportunidades.
A quienes hoy comienzan una nueva etapa, les deseo éxito, claridad en el camino, valentía para enfrentar los retos y fe en ustedes mismos. Que cada paso que den los acerque a sus sueños y que nunca olviden que los mejores comienzos suelen estar disfrazados de finales…
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