TEZONTEPEC DE ALDAMA, Hgo.– El martes 5 de agosto comenzó la capacitación teórica- práctica sobre la elaboración y uso de abonos orgánicos, impartida por el ingeniero José Isabel Ortiz Aguilar, en coordinación con el Sader Hidalgo, en la comunidad de La Loma.
En la primera sesión se realizó la práctica sobre adherente y fungicida, pero en posteriores fechas tratarán temas como la elaboración de microorganismos, enraizadores, desarrollo, llenado, etc.
Como parte de una estrategia orientada a fomentar el desarrollo sustentable y la organización comunitaria, el pasado miércoles 23 de julio se llevó a cabo una sesión informativa en la comunidad de La Loma, donde dio inicio el proyecto de Escuelas de Campo.
Esta iniciativa busca impulsar un modelo de aprendizaje colectivo que integre teoría y práctica directamente en parcelas productivas, promoviendo el uso racional de recursos y el fortalecimiento de capacidades locales.
El encuentro estuvo encabezado por Israel Juárez Zavala, representante del CADER (Centro de Apoyo al Desarrollo Rural) de Mixquiahuala, y Luis Cervantes Rueda, enlace institucional en el municipio. Durante la jornada se presentó el domicilio de José Isabel Ortiz Aguilar, productor de la comunidad, como sede inicial de las actividades formativas. Ortiz lidera el proyecto de elaboración de abonos orgánicos, el cual será uno de los ejes de trabajo de la nueva escuela.
La capacitación formal dio inicio el martes 5 de agosto, con la participación de productores interesados en mejorar sus prácticas agrícolas a través del intercambio de saberes, sin jerarquías ni distinciones. Se destacó la importancia de generar un espacio horizontal de aprendizaje, donde todos los asistentes –incluidos los facilitadores– son parte del proceso formativo.
Uno de los conceptos centrales abordados fue el de sustentabilidad, entendida como el aprovechamiento eficiente de recursos mediante el uso de insumos naturales, como biofertilizantes y fungicidas elaborados en la propia comunidad.
Además del enfoque agrícola, se planteó la posibilidad de ampliar los contenidos a temas como huertos, procesos de industrialización, elaboración de productos como longaniza, quesos o conservas, con el objetivo de diversificar el aprendizaje y generar nuevas oportunidades económicas.
Durante la sesión también se reflexionó sobre la resiliencia comunitaria, mediante la analogía de un resorte que se dobla sin romperse. Se habló de la importancia de mantenerse firmes ante las adversidades, ya sean personales o productivas, y de mirar hacia adelante con determinación.
El proyecto de Escuelas de Campo se perfila como una plataforma de transformación social, productiva y ambiental, que no solo busca mejorar el rendimiento agrícola, sino también consolidar a las comunidades como espacios de innovación y aprendizaje compartido. (Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA)
