*Un tuit, dos visiones: violencia de género o nepotismo denunciado

Por Claudia Patricia Rodríguez Dorantes

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió recientemente una sentencia en contra de Karla Estrella Murrieta por un tuit publicado el 14 de febrero de 2024, en el que cuestionaba las circunstancias en las que Diana Karina Barreras, diputada federal por el Partido del Trabajo, habría obtenido su candidatura. El mensaje señalaba directamente su relación conyugal con Sergio Gutiérrez Luna, actual presidente de la Cámara de Diputados:

“Así estaría el berrinche de Sergio Gutiérrez Luna para que incluyera a su esposa, que tuvieron que desmadrar las fórmulas para darle una candidatura. Cero pruebas y cero dudas.”

Barreras presentó una queja ante el Instituto Nacional Electoral (INE), el cual determinó que el tuit reproducía “estereotipos de dominación, desigualdad y discriminación” al atribuirle la candidatura a su esposo y no a sus méritos. Con base en ello, lo calificó como violencia digital y simbólica y ordenó que fuera eliminado.

La Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral impuso a Karla Estrella Murrieta una multa de mil 85 pesos y le ordenó publicar una disculpa en la misma red social durante 30 días consecutivos. La resolución fue confirmada por la Sala Superior del Tribunal Electoral, donde los magistrados Felipe Fuentes y Mónica Soto consideraron que el mensaje constituía Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género.

El debate en la Sala Superior fue particularmente interesante. Karla Estrella defendió su mensaje como un ejercicio legítimo de libertad de expresión y una denuncia de nepotismo.

Felipe Fuentes, quien en su proyecto original lo calificó como “crítica severa” y no como una descalificación directa, cambió su postura al argumentar que la crítica

“atribuyó la candidatura al vínculo matrimonial y no a sus méritos, lo que menoscaba sus derechos político-electorales”. Por su parte, la magistrada Mónica Soto afirmó que el mensaje era “subliminalmente violento” y que no puede hablarse de nepotismo cuando se duda de la capacidad de una mujer únicamente por su parentesco. En sentido contrario, el magistrado Reyes Rodríguez advirtió que restringir la crítica a funcionarios públicos es peligroso para la vida democrática.

Más allá del caso jurídico, el tema ha despertado un intenso debate en redes sociales, especialmente en X (antes Twitter). La indignación -expresada de manera tanto respetuosa como virulenta— gira en torno a dos puntos: la percepción de que se está castigando a una ciudadana por denunciar presunto nepotismo, y la evidente desigualdad entre las partes involucradas: de un lado, una particular; del otro, una diputada federal vinculada a una de las familias con mayor influencia política del país.

El asunto incluso provocó reacciones entre figuras políticas. Diversas funcionarias públicas rechazaron la sanción, y la propia presidenta de la República comentó que “el poder debe ejercerse con humildad”. La polémica recuerda otros episodios recientes, como la disculpa que el presidente de la Cámara de Senadores exigió a un particular que lo increpó en un aeropuerto, misma que fue condenada públicamente por la Secretaría de Gobernación.

El caso de Karla Estrella se inserta, además, en un contexto donde han aumentado las alertas por restricciones a la libertad de expresión en México. Paradójicamente, las redes sociales, lejos de convertirse en un espacio de censura absoluta, han invertido la lógica de la sanción: aunque la multa y la disculpa pública se ejecutaron en su contra, la crítica más dura terminó dirigida a la propia diputada Barreras.

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Por Nueva Imagen de Hidalgo

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