*Mal gobierno.
En menos de dos meses las administraciones municipales en Hidalgo cumplen su primer año de mandato. En general los resultados no son muy halagüeños. En Tula es un tema tras otro los negativos para la autoridad. Hace dos semanas el viaje no informado a los Estados Unidos y la semana pasada la demolición de La Tortuga. Y si nos vamos para atrás la historia no es diferente.
A primera vista nos parece que el tema de la rehabilitación del parque infantil la Tortuga, pareciera solamente con la intención de generar problemas en donde no existe. Porque ciertamente rehabilitar un parque que ha dado servicio durante más de 30 años, era no solamente necesario sino urgente. Y en ello parece que todos estamos de acuerdo.
El problema es que de pronto surge el anuncio y la inmediata demolición de la emblemática mascota de chicos y grandes. Tenemos presente que la construcción del parque infantil que la alberga (ba) data de cuando Noé Paredes Salazar fue alcalde de Tula de 1994 a 1997.
Y es que al preguntar entre algunos integrantes del cabildo si los trabajos fueron decididos -autorizados- en su seno, reconocen que no hubo tal asunto ni a manera de información, ni mucho menos a discusión. Y por lo que se sabe la obra tampoco se consideró en el Plan Municipal de Desarrollo. A lo que más se llegó, nos confesó sin mucha seguridad algún munícipe, es rehabilitar en el tercero y último año de la actual administración.
¿Entonces de dónde la mala decisión de meterle la mano al parque infantil?
Y decimos que mala decisión porque la versión de que hubo una encuesta entre la gente para hacer o no la obra, no deja de ser una historia de un alto funcionario del gobierno estatal, que nadie o muy pocos pueden creer.
Desafortunadamente la falta de socializar la obra no es el único problema. También incomoda a los tulenses, a excepción de quienes tienen algún compromiso casi siempre de orden económico, laboral, de amistad o familiar con el edil, el saber que los cuestionados trabajos van a significar un gasto de ¡22 millones de pesos!
Claro que es un verdadero dineral para la economía de Tula. Municipio que hoy arrastra obras y servicios urgentes y que la población desde hace tiempo demanda. Sirva apenas de ejemplo reparar la carretera de Xochitlán, obra tantas veces demandada por los vecinos, con un costo de la mitad (11 millones) de lo que se va a gastar en la nueva Tortuga.
Pero no es todo, nos parece una verdadera torpeza iniciar estos trabajos -que significa ya el parque infantil cerrado- justo al comenzar las vacaciones de verano. En cabeza de quién cabe afectar a tantos niños cuyos padres no tienen otras posibilidades económicas para llevarlos a una playa, a la ciudad de México, etc.
Y los cuestionamientos no terminan, se anuncia que con los trabajos será necesario derribar 68 árboles, acción que por tratarse de Tula conocida por su alta contaminación, ello resulta criminal. A cambio se ofrece un enorme Quetzalcóatl , una fuente y piso, mucho piso de cemento o de algún material similar.
Todo ello mientras el municipio está sumido en un desorden terrible cuyas fallas resultan inacabables. La seguridad por ejemplo, está por los suelos. Este fin de semana asesinaron a un policía estatal y se sabe que resultaron dos heridos más.
La corporación policiaca municipal está en una grave crisis de corrupción entre muchos de sus elementos dedicados no a cuidar la seguridad de los tulenses, sino a buscar manejadores para extorsionarlos con cualquier razón.
Las calles llenas de baches, incluso céntricas como la Colegio Militar que corre paralela al tianguis. Esa misma calle, metros arriba, cerrada y con los trabajos de rehabilitación que parecen eternos. Los cruces peatonales en el primer cuadro sin repintar.
Hay políticos que no te resuelven pero cuando menos te reciben, te escuchan. En Tula no es el caso, confirmado por mujeres y hombres que por una razón u otra se han acercado a la Plaza del Nacionalismo. “El que a veces les hace el paro es Toño Vargas”, nos dijo un delegado municipal, cansado de buscar y no obtener audiencia.
Al regresar al tema de la destrucción de la Tortuga, se comenta con insistencia y para entenderlo no se requiere ser una gran analista, que todo es consecuencia de las desavenencias con el grupo de regidores independientes, particularmente con Noé Paredes Meza. Y qué mejor forma de vengarse que terminar con un parque y con el nombre de una obra realizada por su papá. ¡Ver para creer!
No encontramos elementos para reconocer algo bueno de la autoridad municipal actual. Bueno, el trato con la prensa es fiel reflejo de un estilo que les distingue: cuestionan mi trabajo, entonces no hay convenio con ese medio. Y así con todos los sectores de la población en Tula. Quién dijo que la política es para hacer amigos. Cuando menos hoy no es premisa. ¡Qué tristeza!
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero …En Confianza. *NI*
