*Por el Obispo de Tula, quien ofició la misa dominical para después proceder a la bendición del lugar donde se encuentra Jesús.
“Nosotros venimos aquí a rendir cuentas, a suplicar por nuestras necesidades, pero también a dar gracias por todo lo que recibimos diariamente de Él. El lugar principal es el Sagrario, donde Jesús nos espera con los brazos abiertos”, dijo en su sermón el Obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, durante la misa dominical este 29 de septiembre, en la capilla de la Sagrada Familia en la Unidad Habitacional Pemex.
“No importa el tiempo que pasemos aquí, lo importante es que podemos disculparnos y estar con Jesús. No hay excusas para no venir a adorarlo en el santísimo. Es un compromiso de toda la comunidad”, agregó antes de bendecir el Sagrario, un espacio nuevo que se hizo con el apoyo de los feligreses de la UHP, y que se ubica como anexo a la nave principal de la capilla.
“Algunos pueden pensar que Jesús está lejano, pero Él está cerca, esperándonos. Estar con Él es lo que nos da sentido. No importa si estamos cansados o si tenemos problemas, Él está aquí para nosotros”, expresó el Obispo ante una capilla a su máxima capacidad.
No necesitamos nada más que estar con Él. No necesitamos saber cantar o hablar, solo estar en su presencia. Es lo más importante. En la vida, tenemos momentos de evaluación, pero con Jesús, todos son momentos de gracia. Él es nuestra guía y nuestra fuerza, mencionó al explicar el uso que se le tiene que dar a un Sagrario.
¿Qué vamos a sacar de nuestra relación con Jesús? Siempre hay algo nuevo que aprender, algo que nos hace crecer. La vida con Jesús es una aventura, un camino que nos lleva a la felicidad y la paz. No tenemos conciencia de que nuestra vida está en sus manos, pero Él nos guía siempre. Es importante recordar que nuestra vida es un regalo de Dios y que debemos vivirla con propósito y significado. Jesucristo es nuestro servidor y nuestra guía, añadió el Obispo.
El Sagrario es también llamado tabernáculo y es lo más importante que se encuentra dentro de una iglesia. Porque en él está Jesús bajo la forma de comunión, es decir, el pan consagrado. Para localizarlo se debe buscar una lámpara con una vela de color rojo, encendida, y junto a ella una puerta pequeña, cuyo dibujo tiene relación con aquel que está dentro.
Al entrar al Sagrario hay que hacer una genuflexión, es decir, el acto de adoración porque estaremos ante Dios. Jesús es el dueño de la casa y tenemos que ir a saludarle. De ahí la importancia de este espacio que fue bendecido por el Obispo de Tula, ante la feligresía de la UHP, la cual se organizó y trabajó para tener un lugar digno en donde poder ir a reflexionar. (MGP)