*La música rock y los derechos humanos
La música es universal, atributo de los derechos humanos; unifica, a través de cantos, melodías y sinfonías, culturas, lenguajes e identidades. Permite el desarrollo de emociones y, al tener ese poder, es un medio de transformación individual y social. También es un escenario de expresión de la cultura y de las realidades, pues establece un canal de comunicación sin idioma, espacio ni tiempo. Es testigo de la fusión de los pueblos, de las herencias sociales, y es el lugar donde se expresan libremente las voces de los que denuncian.
A lo largo de la historia de la música, hay muchas composiciones —tanto vocales como instrumentales— que han intentado dejar testimonio de hechos vividos por los propios compositores. Siendo así, existen numerosas piezas que giran en torno a los derechos humanos, la justicia, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la paz, la democracia, el desarme y la no violencia.
Son muchos los acontecimientos históricos que han influido en el panorama musical a lo largo del siglo XX, pero, sobre todo, los que causaron gran impacto en los compositores fueron: la Primera Guerra Mundial (1914-1918); la aparición de los movimientos fascistas en Italia (1922) y en Alemania (1933), consolidándose como dictaduras totalitarias y antidemocráticas, hecho que llevaría a Europa a la Segunda Guerra Mundial. Otros acontecimientos a destacar fueron el movimiento reivindicativo de los afroamericanos a favor de sus derechos civiles y la rebelión juvenil en los años 60.
Tradicionalmente, el rock ha sido visto como un estilo musical muy cerrado y elitista. Sin embargo, en décadas recientes, el género ha evolucionado y ha atraído a nuevos públicos: jóvenes, adultos, hombres, mujeres, amantes de otros géneros (jazz, electrónica, hip hop), entre otros.
En días pasados se celebró el Día Mundial del Rock, establecido para que los fans de este género pudieran celebrar y rendir honor a este estilo musical tan popular alrededor del mundo.
En la actualidad, los festivales de música son plataformas poderosas para la promoción y defensa de los derechos humanos, al conectar a las personas con mensajes de justicia social y alentar a la acción. Además, ofrecen espacios para la celebración de la diversidad cultural y la expresión artística, elementos fundamentales para la promoción de los derechos humanos.
En los últimos años, los festivales musicales se han vuelto la plataforma masiva para que bandas, sobre todo independientes y emergentes, lleguen a diversos públicos. Para que esto sea accesible a toda la comunidad, los gobiernos cuentan con políticas públicas que apoyan actividades culturales de este tipo.
En nuestra región son pocos los festivales de este tipo. Han existido tan solo dos ediciones del “Requena Fest” (abril de 2019 y noviembre de 2021) en Tepeji del Río, que más que nada se creó para apoyar a los pescadores que habían sufrido estragos por las lluvias del mes de septiembre, además de generar un nuevo producto turístico en Semana Santa. En la actualidad, ha sido sustituido por “Vive Tepeji”, ahora organizado por el gobierno en turno, y que en esta ocasión busca impulsar a artesanos, pescadores y comerciantes que ofrecen sus productos a los visitantes y turistas.
Mientras tanto, en Tlahuelilpan, desde hace doce años, el festival “La Cueva del Jaguar” se ha consolidado como un espacio alternativo de música independiente que presenta talentos nacionales y locales, consolidándose como el festival independiente más importante del estado de Hidalgo. Impulsa la descentralización del entretenimiento y la música, abriendo espacios cercanos a otros públicos para que las bandas, tanto pequeñas como grandes, puedan acercarse y compartir sus propuestas en cada vez más lugares.
A lo largo de su historia, ambos festivales se han ido transformando y formando parte del contexto de cada momento. Ambos han contado con la presencia de grandes exponentes del rock nacional y local que comenzaron a consolidarse, hasta llegar a la actualidad, convirtiendo el entretenimiento en vivo en algo vital para el arte y la cultura.
Generar festivales o llevar eventos a espacios de acceso público requiere, primero que nada, generar comunidad. La experiencia comienza desde el preguntar a los vecinos; no se puede olvidar que hay diferentes públicos y distintas formas de vivir la música y ser espectadores.
A propósito, en el municipio de San Salvador tendrá lugar la Feria de Caxuxi 2025, en donde el viernes 18 se llevará a cabo la primera edición del festival “Cuervo Fest”, que presenta un cartel cargado de gritos y guitarrazos. La música estará a cargo de Lethal Creation, Ultimatum, Hell Midian, Septicem, Riding, The Wolf Blues Man, Residence y, como banda especial invitada, Resorte.
Un evento gratuito para los amantes del rock. Organizar un evento así requiere mucho esfuerzo por parte de los organizadores. Los asistentes podrán disfrutar de canciones en inglés y español. Enhorabuena para la comunidad de Caxuxi y sus vecinos. Disfruta de esta experiencia única, de la gestión de las emociones, de las actividades y amenidades de esparcimiento en esta región del estado de Hidalgo.
Una ruta poco riesgosa es apelar también a la naturaleza humana de sensibilidad hacia el progreso en crecimiento y en armonía. Para ello, instrumentos como la música —que genera identidad en la diversidad— son estrategias viables. Algunas canciones tratan de motivar y despertar esa naturaleza unificadora. Imaginemos una sociedad en paz:
El rock une culturas, lenguajes, quiebra barreras y, al conectar sentimientos, propicia incluso transformaciones sociales. Es la fuente de comunicación entre la sensibilidad creativa del compositor, la de los intérpretes y la del público que se emociona con lo sublime de este arte y con lo que consigue transmitir. NI