Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA
Tezontepec de Aldama, Hgo.- Con una ceremonia cargada de simbolismo, maíces sagrados y reflexiones profundas sobre la lucha colectiva, integrantes del colectivo “Custodios de la Comunidad Indígena de Tezontepec” dieron continuidad a su labor de conservación del maíz nativo y reafirmaron su identidad indígena en un contexto sin apoyos institucionales.
Durante el encuentro por la tarde del miércoles 30 de abril, los participantes rindieron tributo a su acervo de semillas con un altar que alberga diversas variedades de maíz, entre ellas el palomero toluqueño, considerado de gran valor por su rareza, y el maíz tunicado de Tlaxcala. También se mencionó una variedad de origen peruano, de color negro intenso, cuyo olote también es negro. Este último, según uno de los oradores, puede conservarse durante años si se protege con técnicas tradicionales como el baño en ceniza.


El acto ceremonial incluyó el encendido del fuego, entregado simbólicamente de la “dueña del fuego” al encargado de custodiar el sitio, reforzando la conexión espiritual con los elementos y con la tierra. Se mencionó también la intención de compartir semillas con otras comunidades, como forma de extender la labor de preservación.
Además de la conservación del maíz, se reiteró que el verdadero trasfondo de la lucha en Tezontepec y en otras comunidades es la defensa del territorio y del agua. “Por un metro de tierra pelean los pueblos”, expresó uno de los presentes, subrayando la raíz de muchos conflictos en el país.
El evento no solo reafirmó el compromiso del colectivo con la conservación del maíz nativo, sino que también dejó testimonio del esfuerzo por mantener viva una identidad indígena que, aunque sin reconocimiento oficial, se sostiene gracias a la resistencia cultural y comunitaria.
El emotivo acto cargado de memoria, identidad y compromiso, integrantes del colectivo Custodios de la Comunidad Indígena de Tezontepec recalcaron que el jardín de maíces nativos es un espacio que fungirá como centro de conservación, difusión y resistencia cultural a través del maíz.
La actividad, realizada en un terreno propiedad de Santiago Bautista Hernández, sirvió también para reafirmar la continuidad del colectivo, surgido tras la disolución de una asociación civil anterior, como explicó uno de sus voceros: “No perdimos la asociación civil, simplemente ya no quisimos utilizar ese nombre. Mucha gente vino con nosotros, aunque durante la pandemia se dispersaron. Algunos decidieron dedicarse a lo individual, lo cual también es válido. Pero seguimos”.
La siembra de maíz fue el acto simbólico central de la jornada. El sociólogo Jorge Sánchez Hernández destacó cómo, a pesar de las ausencias, “siempre al llamado del maíz han venido”. Esta semilla ha sido un eje fundamental para fortalecer el sentido identitario, sobre todo entre las nuevas generaciones y quienes buscan reconectar con sus raíces.
La labor de los Custodios ha sido reconocida por instituciones como la Secretaría de Cultura, que los vinculó con el programa Cencali, permitiéndoles exponer en espacios como Los Pinos y participar como conferencistas y jueces en certámenes de comida tradicional. “Por nuestro expertismo en el maíz y la nixtamalización, logramos llevar esa representación a otros municipios”, señaló Jorge Sánchez.
Uno de los anuncios más significativos fue la transformación del terreno comunitario, hasta ahora utilizado para la siembra y plantas de medicina tradicional, en un espacio con nuevo propósito: “Este inmueble puede servir como el Jardín de los Maíces Nativos de Tezontepec. Será un sitio colectivo abierto al que quiera visitar y entender la conservación de maíces. Incluso queremos convertirlo en una sala museográfica”.
También asistieron Sabino Juárez, Rebeca Puebla y José Isabel Ortiz Aguilar, entre otras personas, quienes compartieron los alimentos provenientes del campo, para rendir honor a lo que la naturaleza nos ofrece. *NI*