*El interés que ahora tiene el Ejido de Tula en el inmueble se debe a que será afectado por el proyecto del tren México-Querétaro.
Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA
En una serie de testimonios, familiares y vecinos relataron un presunto despojo y la destrucción de un predio ejidal que por décadas lo ha tenido en posesión el señor Cruz Villegas Jiménez y utilizado como criadero de peces y abastecimiento de agua. Señalan al Ejido de Tula ahora representado por la comisariada ejidal Norma Sánchez Martínez.
De acuerdo con los testimonios, el afectado posee el terreno “desde chamaco”, junto con su hermano, sin que nadie lo impugnara durante casi 40 años. El predio, de aproximadamente mil 800 metros cuadrados y ubicado en el lugar denominado La Redonda en la colonia 16 de Enero, cuenta con manantiales y ha servido para la cría de peces y el abasto de agua limpia.
Los denunciantes aseguran que existe un documento, firmado y sellado por las autoridades ejidales, donde se reconoce la posesión del predio e incluso se registra una venta parcial de la propiedad a otra persona; además cuenta con una construcción y se le ofreció pago de afectación por el paso del proyecto del tren México-Querétaro. “Si no lo hubieran reconocido, por qué le emitieron un documento”, cuestionaron.
Los hechos de mayor tensión ocurrieron cuando, según los declarantes, un grupo de personas ingresó al terreno y “macheteó” árboles y sembradíos. Señalan que estos actos se realizaron “con saña” y que incluso hubo amenazas: “Le dijeron que si seguía moviendo el asunto lo iban a meter al bote y que iban a decir que la constancia era falsa”.
Los familiares y vecinos del señor Cruz Villegas agregaron que la disputa se agudizó tras la publicación de información relacionada con la próxima construcción del tren en la zona, lo que habría elevado el interés por la tierra. “Si no hubiera pasado el tren, ni hubieran dicho nada”, expresaron.
Los denunciantes también afirmaron que integrantes de la comisaría ejidal, quienes en un inicio mostraron disposición para dialogar, evitaron dar la cara cuando acudieron nuevamente. “Nos vio llegar y se fue; ahora manda a cerrar las puertas”, narraron el domingo 14 de septiembre, cuando llegaron a instalaciones del núcleo ejidal de Tula para que les recibieran un documento donde se les cita a una reunión el 19 de septiembre en la residencia de la Procuraduría Agraria.
El lugar, descrito como un área sin servicios básicos, ha sido fundamental para la comunidad, pues de sus manantiales se obtenía agua para beber y lavar. “Toda mi familia bajaba a tomar agua ahí”, señaló uno de los presentes.
Hasta el momento, no se reporta intervención de autoridades municipales o agrarias, mientras los afectados insisten en que el caso no solo representa un conflicto de tierras, sino un abuso contra campesinos que, pese a su pobreza y falta de instrucción, han trabajado y cuidado el terreno durante generaciones. *NI*
